S. Enrique Anaya
El debate entre funcionarios del Órgano Ejecutivo (OE) y diputados de la Asamblea Legislativa (AL), con relación a la formulación de una ley integral de combate a la pandemia COVID-19, acaecido durante más 5 días (desde la mañana del 25/mayo/2020 a la madrugada del 30/mayo/2020), fue sumamente interesante porque mostró el funcionamiento y operatividad de la discusión entre diferentes órganos del Estado.
Con franqueza, la circunstancia que tal clase de debate, al que tantas veces se ha acusado de opacidad y negociaciones ilícitas y hasta deshonestas, se haya efectuado ante el público constituye un avance en el ejercicio público y transparente del poder. Así que debemos felicitar a la AL por debatir frente al público, en transmisión directa por múltiples medios (radio, televisión y redes sociales).
Por supuesto, todavía es viable mejorar la calidad –en eficiencia y eficacia- del debate parlamentario e, incluso, las discusiones con otros órganos del Estado, pero se avanza por el camino correcto. Ahora bien, nos toca admitir –ni modo- que la mejora en las prácticas del ejercicio del poder estatal es a paso lento: como dice la canción, “despacito”, pero lo esencial es no desandar lo avanzado y continuar mejorando.
Ahora bien, si bien reconozco tal avance, debo confesar que por momentos dicho debate entre la AL y el OE se volvía enrarecido, inmerso en discusiones estériles o acusaciones gratuitas, pero en opinión de quien suscribe (discutible como cualquier otra), tal situación derivó sobre todo por una reiterada y grave situación: la incapacidad de los funcionarios del OE de presentar una justificación científica de su postura (ello condicionó, por momentos, que los diputados cayeran también en esa deficiencia argumentativa).
Como saben, no soy ni médico, ni epidemiólogo, pero mi percepción como simple y modesto ciudadano es que, en su inmensa mayoría, en el país, la gestión y la administración del combate contra la pandemia por parte del OE ha sido una combinación de supercherías médicas, aderezado con autoritarismo, improvisación, misticismos e intereses políticos abyectos.
Y es que, para ello, basta apreciar la evolución del discurso desde el OE para lo que fue el tema de mayor discusión con la AL, como es la duración de la prolongación temporal de la cuarentena domiciliaria obligatoria, con relación a lo cual nunca se expuso una sola evidencia científica. “Veamos dijo el ciego”:
- Primero, el 19/mayo/2020, la administración presidencial (CAPRES) informó que había acordado con un grupo de destacados empresarios, que la reapertura de la actividad económica iniciaría el 6/junio/2020, siempre y cuando la Asamblea Legislativa (AL) aprobara una nueva ley de cuarentena por plazo de 15 días, a partir del 22/mayo/2020: nunca se informó a la ciudadanía sobre la supuesta base científica para que CAPRES fijara como fecha de reapertura de la actividad económica, el 6/junio/2020. ¡Parece que era invento, pura paja, sin evidencia científica!
- Segundo, poco días después, CAPRES hizo una matización que alteraba el cómputo del plazo, aseverando que el lapso de 15 días no era a partir del 22//mayo/2020 (esto es, un día después de venciera el plazo de la inconstitucional cuarentena fijada por un decreto ejecutivo), sino desde la fecha que se aprobara una nueva ley de cuarentena por la AL: ¡wow!…resulta, entonces, que según CAPRES, las medidas sanitarias no se proponen ni adoptan según el comportamiento de la pandemia, sino según la fecha de aprobación de leyes y/o decretos. Tampoco se informó a la ciudadanía sobre la supuesta base científica para el desplazamiento de la fecha de inicio del cómputo del plazo. ¡De nuevo, creo que también es puro invento, sin evidencia científica!
- Tercero, el 28/mayo/2020, el Ministro de Salud (MINSAL) quiso equipararse a su predecesora (sí, la médico que afirmó que agua con color oscuro y olor pestilente se podía beber…pero que por las dudas se hirviera antes), y de modo campante, sin ruborizarse y en forma contradictoria con previas declaraciones, afirmó en la mesa de debate que “Si El Salvador cierra todas las fronteras del territorio y los 7 millones de salvadoreños cumplen exactamente 15 días sin salir no habría coronavirus en el país”: ¡wow!…cómo es que ningún país había descubierto “la bala de plata” contra el COVID-19, si según el MINSAL es muy sencillo: los millones de salvadoreños nos quedamos encerrados durante una quincena, nadie sale a trabajar, ni a comprar comida ni medicinas, todos son hacemos ascetas o faquires durante ese lapso y ya, ¡zas!, no hay virus (ahora solo falta que el MINSAL nos explique, en esa lógica, cómo es que en los centros penales, si ningún privado de libertad sale desde hace meses, hay casi 200 casos positivos de COVID-19 y cerca de un millar de sospechosos).
- Cuarto, después de estar discutiendo por 4 días la AL y el OE sobre la nueva ley (que incluiría la previsión de una cuarentena domiciliaria), en la tarde del viernes 29/mayo/2020 se evidenció que todo se reducía a una negociación sin evidencia científica, pues CAPRES –a través del Secretario Privado- reiteró que los 15 días debían computarse después que se aprobara la ley, asegurando que si la ley de cuarentena se hubiere aprobado por la AL el 22/mayo/2020, ¡ya sola faltarían 6 días!: ¡wow!…entonces, según CAPRES, el virus es muy obediente de leyes humanas y, por ende, mientras la cuarentena fue claramente ilegal, el virus optó por no salir, “estuvo guardadito”, pero si la AL aprueba la ley entonces el virus “reaparecería” y que, entonces, para controlarlo, se requieren 15 días después de aprobada la ley.
- Quinto, la extraña insistencia de los funcionarios de CAPRES en una inexplicada cuarentena “estricta”, de la cual nunca fueron específicos sobre qué medidas concretas implicaba tal noción, sino que recurrían a galimatías o se desviaban del tema.
- Sexto, planteamientos tan absurdos por parte de CAPRES provocó que por momentos algunos diputados incurrieran en las mismas deficiencias argumentativas, como decir que si mejor 8 días para el sector privado, y que 15 días para el sector público, etc., pero todo sin exponer evidencia científica.
- Séptimo, la conclusión es que los planteamientos y/o propuestas para la duración de la nueva prórroga de la cuarentena domiciliar (después de casi 75 días en la misma) nunca se formularon sobre evidencia científica, no se utilizaron datos epidemiológicos: no hay ciencia, todo es superchería médica y mensajes de miedo.
Lo que esa reseña nos deja patente es que lamentablemente no existe ningún soporte científico –basado en datos confiables y contrastables- para las acciones que en el país se han adoptado para el combate para la pandemia, sino que todo es improvisación –reflejo de la grave y peligrosa incapacidad en el OE, en todos los ámbitos- y defensa de intereses coyunturales (sobre todo, desde el OE, la posibilidad de contrataciones y adquisiciones mediante compras directas, sin licitación).
Pero, sinceramente, tampoco me extrañó si tenemos en cuenta previas actuaciones por parte de CAPRES, entre ellas, estas joyas de superchería médica:
- Declaraciones presidenciales propias de presentaciones de tele-evangelistas, charlas de autoayuda o de prácticas místicas, al solicitar “cerrar los ojos” e imaginar que muere la persona más amada (eso ha sido de lo más vergonzoso y vulgar que ha hecho CAPRES en esta crisis).
- Declarar que en África hay bebidas gaseosas que llevan hidroxicloroquina que sirven “para prevenir que lo piquen los zancudos”…¡¡¿cómo?!!…fíjense bien que CAPRES no dijo que esas “bebidas medicadas” sirvan para prevenir una enfermedad transmitida por zancudos (de lo cual tengo mis dudas, pero eso que nos lo expliquen los médicos), sino para evitar “que lo piquen los zancudos”…entonces, según CAPRES, esas “gaseosas con hidroxicloroquina” ¿se utilizan en África como repelentes contra zancudos?, ¿en lugar de tomarse la gaseosa se la untan en el cuerpo?…por favor, que alguien tenga la bondad de recordarme esto cuando ya podamos ir a la playa: mandaré a comprar varias bebidas carbonatadas o gaseosas con hidroxicloroquina, así, la próxima vez que vaya a El Tunco “mataré” al menos 2 pájaros “de un tiro”: primero preparo un trago y con el resto de la gaseosa me embadurno el cuerpo para evitar que me piquen los zancudos (y de ribete quedaré con sabor dulce…y quizá esas gaseosas también sirvan para broncearte sin deshidratar la piel).
Bromas aparte, esa colección de posturas y declaraciones por parte de funcionarios de CAPRES nos muestran que, lamentablemente, de lo que más echa de menos en este país en el combate contra la pandemia es el uso de la ciencia: y mejor expongo sátiras, porque en realidad causa temor la grave impericia e incapacidad del OE (como dicen por ahí, “los errores de los gobernantes son como errores de cirujano, causan muertes”), como se acaba de advertir con la total ausencia de prevención y reacción tardía para afrontar la situación lluviosa que padecemos desde el fin de semana pasado.
Y es que, con tal incapacidad en el OE, asemeja que el país es como un vehículo de transporte público conducido por un inexperto adolescente: ¡eso es muy peligroso para todos los pasajeros!
P.D.: en la próxima colaboración les comento sobre las supercherías jurídicas de CAPRES. Son tantas que me está costando resumirlas en unas 100 páginas.
Agradeciendo al Dr. Anaya, de que pueda compartir tan importantes temas. Muy cierto y muy claro esta,que existe improvisación del Órgano Ejecutivo para el manejo de todas las crisis actuales que nos aquejan y sobre ello quiero referirme, pues el Órgano Ejecutivo nos ha vendido que con 15 días en cuarentena estricta vendrá el estado de bienestar, lo cual es falso, cito al respecto a Manuel Hinds, quien con acierto publica en uno de los rotativos nacionales, que hay un deslizamiento del país a una catástrofe económica, social, política sin precedentes y la destrucción de un sistema de instituciones democráticas. Lo cual comparto pues como madre y profesional uno tiende a pensar que a nuestros hijos les están robando sus derechos, su libertad y su futuro. La democracia querido doctor, HOY POR HOY ES UN ES OBSTÁCULO.
Creo, en lo particular, que en el ejecutivo solo existen individuos que voluntariamente están dispuestos a someterse a la disciplina totalitaria,que luego impondrán con rigidez al resto de la comunidad,y para ello debe de contar con apoyo de los crédulos, difícilmente en este camino encontraremos una respuesta técnica, científica y legal y certera que ayude a nuestro país en estos momentos, a comenzar a despegar.
Se puede advertir. que para ser elemento valioso actualmente, se debe estar dispuesto a quebrantar cuantas normas morales, y legales se haya conocido. En mi calidad de ciudadana, le digo, no se puede esperar mucho.