S. Enrique Anaya Barraza.
Varias instituciones internacionales están llamando la atención sobre el peligro que representa la circunstancia que, aprovechando la crisis sanitaria por la pandemia por COVID-19, varios gobernantes en el mundo están asediando las instituciones democráticas y violando derechos fundamentales, a fin de crear y consolidar las condiciones para un ejercicio autoritario del poder.
Así se han expresado, por ejemplo, Kevin Casas, exvicepresidente de Costa Rica y actualmente secretario general del Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA Internacional), en un artículo publicado en el New York Times (lo pueden ver en: https://www.nytimes.com/es/2020/04/06/espanol/opinion/coronavirus-democracia.html); y David Lovatón Palacios, de la Fundación para el Debido Proceso, en el blog de dicha fundación (lo pueden ver en: https://dplfblog.com/2020/04/06/america-latina-derechos-civiles-y-politicos-en-tiempos-de-pandemia/)
Por cierto, en ambos artículos, los analistas internacionales mencionan, como ejemplo de gobiernos con tendencia autoritaria a El Salvador, colocando al presidente salvadoreño al lado de, entre otros, el húngaro Orbán o el brasileño Bolsonaro.
Y es que, en efecto, en El Salvador, aprovechando la crisis sanitaria, la actual administración presidencial ha vertido todos sus esfuerzos comunicacionales en crear un ambiente de ansiedad, miedo y zozobra, sobre todo a través de esos sucedáneos de conferencia de prensa cada 7 u 8 días, pero que en realidad son un espectáculo para el autobombo y la autovictimización (pero, por favor, no dejen de ver las cadenas de radio y tv, porque si se las pierden, después no entienden los casi 100 memes que se generan cada vez).
Ese ambiente ha sido propicio para que la administración presidencial reclame poderes extraordinarios, inclusive el establecimiento de un régimen de suspensión de 3 derechos constitucionales (libertad de tránsito, libertad de reunión y derecho a no ser obligado a cambiar de domicilio); a lo que la Asamblea Legislativa –casi sin rechistar- ha accedido: lamentablemente, el régimen de suspensión de derechos constitucionales se ha establecido de modo inconstitucional (porque la Asamblea Legislativa, en lugar de disponer las restricciones a los derechos, delega para que el Órgano Ejecutivo lo disponga a través de decretos ministeriales o hasta por simples resoluciones ministeriales) y, además, con una pésima técnica legislativa (al remitir a una resolución judicial); deficiencias que han servido para que la administración presidencial entienda que no existe ningún obstáculo legal frente a sus decisiones y actuaciones.
Así, la más grave de las actuaciones ordenadas desde la administración presidencial (que se hace por declaraciones televisadas o por Twitter, sin ningún respaldo legal) es la captura de las personas que inobserven la cuarentena domiciliaria y su sometimiento a prisión por 30 días en supuestos centros de contención de la pandemia: por supuesto, el Órgano Ejecutivo ha recurrido a una insoportable distorsión del lenguaje, llamando a dichas capturas, entre otras cosas, “retenciones con fines sanitarios”.
Amén de la inconstitucionalidad e ilegalidad de tales detenciones, lo más preocupante es que los denominados “centros de contención”, al parecer, están operando más bien -como el mismo Ministro de Justicia y Seguridad Pública (MJSP) lo reconoció- como “centros de contagio”.
Si bien la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia (SCn) ya dispuso, en resolución del 27/marzo/2020, que “la mera inobservancia, insumisión o rebeldía frente a la disposición gubernamental” de la cuarenta domiciliaria no es causa, ni para la detención, ni para el internamiento forzoso en centro de contención, a la administración presidencial le ha dado absolutamente igual dicha resolución judicial.
Incluso, en lo únicamente puede entenderse como una burla ante la resolución de la SCn/CSJ, en otro sucedáneo de conferencia de prensa, el 6/abril/2020, la administración presidencial ordenó a la Policía Nacional Civil (PNC) que fuere “más estricta” en la aplicación de la cuarentena, así que podían seguir capturando personas, que le daba igual si la gente se quejaba de que le doblaban la muñeca, y que decomisaran los vehículos de los infractores de la cuarentena: ¡qué vergüenza que desde el Gobierno se promueva el castigo físico de los ciudadanos por parte de los agentes de autoridad pública!
Y como las órdenes de la administración presidencial, en este ambiente tendente a la dictadura, se cumplen, resulta que en una sola noche, más de 150 personas fueron detenidas (por supuesto, como no podía ser de otra forma, en zonas socialmente vulnerables, como el centro de San Salvador, o Soyapango).
Así que, a esta fecha (7/abril/2020), casi ¡mil salvadoreños! han sido ilegalmente detenidos y, lo peor, están siendo colocados en riesgo de contagio.
Frente a estos hechos, que no son más que una demostración de fuerza bruta, es indispensable que las instituciones de control funcionen urgentemente:
Primero, la SCn/CSJ debe abandonar de una vez por todas, en esta emergencia, esa insoportable parsimonia: la flagrante violación de los derechos a la libertad física y a la salud de casi un millar de conciudadanos exige que el tribunal actúe de oficio y rápidamente, ordenando –en cumplimiento de las medidas cautelares estructurales que previamente emitió- que cesen las detenciones ilegales.
Segundo, la Asamblea Legislativa (AL) debe actuar como un verdadero poder del Estado, ejerciendo en debida forma su potestad legislativa (no delegar en el Órgano Ejecutivo) y, sobre todo, fijar de modo muy preciso los límites y condiciones para el ejercicio de potestades extraordinarias.
Tercero, la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos (PDDH), un ejercicio más vigoroso en la protección de los derechos humanos.
Parece que a pesar del convencimiento internacional que la actual administración presidencial salvadoreña tiene un perfil autoritario, solo la AL y la SCn/CSJ no se han dado enterado: así que, por favor, todos los ciudadanos reclamemos que esas instituciones funcionen en la práctica, con prontitud y sentido humano, pues es esencia, además de la libertad física, es el derecho a la salud y, en definitiva, el derecho a la vida, los que están en riesgo, simple y sencillamente, porque ahora, en lugar de fusilar al infractor, lo colocan en riesgo de contagiarse de una enfermedad mortal.
Ojalá que las instituciones de control constitucional no estén de vacación.
Cual es su solución para parar la pandemia, tienen una mejor forma de evitar muertes masivas por el covid-19.
Los pueblos agradecerán una solución mejor a la que se están implementando.
Más parece una película de terror diseñada a la medida del pueblo, donde los 3 órganos fundamentales del estado están de acuerdo para justificar las enormes cantidades de millones de dólares que al final ni fiscalizados serán, debemos unir las voces los que aún nos queda un poco de valor porque a toda costa nos quieren mandar a callar aún con ese sentimiento de miedo e idiotizado que tienen a una buena parte del pueblo que a base de terror psicológico arremeten contra todo aquel que se pronuncie por el respeto de la legalidad y del respeto a loa derechos fundamentales de los detenidos
Entiendo que el planteamiento que hace la Sala de lo Constitucional es de estricto cumplimiento, como también es entendible la preocupación del Ejecutivo, de tratar deconservar el derecho más importante que es el derecho a la vida.por lo cual considero que se debe de establecer un mecanismo legal entre el Legislativo y el Ejecutivo, el cual contemple que el incumplimiento de la cuarentena domiciliar traiga la imposición de medidas pecuniarias o de trabajo social, establecidas por juez competente, mediante un proceso expedito, tal como lo menciona el ex magistrado de la Corte Suprema de Justicia lic Sidney Blanco, en un análisis que público en relación a este tema.
en base a lo leido en este articulo buscare en mi diccionario de la Real Academia Española cual es la diferencia entre lo que es Autoritarismo y dictadura!!! si alguien existe que pudiera aclararlo en el contexto actual de la presente crisis??gracias